Esta cumbre de la montaña palentina es la más alpina de todas las cumbres de la región. De roca caliza, presenta un ascenso con un desnivel considerable y fuertes repechos desde el comienzo de la subida. En verano con ausencia de nieve es accesible para todo aquel que tenga cierta actitud montañera y buen aguante para las fuertes subidas.
La ascensión la realizamos por la cresta este, tardamos unas 2 horas y 20 minutos con un ritmo constante y bajo un día espléndido de verano. Lo que más se agradeció fueron las vistas que pudimos contemplar, con el día que nos salió pudimos divisar las cumbres de los vecinos Picos de Europa y del resto de peñas de la montaña palentina.
Comenzamos pasando Cardaño de Abajo, e iniciando la subida en el aparcamiento del inicio de la ruta hacia la cascada de Mazobres. Nada más empezar comienzan los fuertes repechos con mucho desnivel, existen algunos descansillos que se agradecen pero la primera hora es bastante agotadora. Después de sortear algunas cimas comienza la última ascensión. Con todo el esfuerzo de la subida la llegada a la cumbre se hace emocionante, al igual que contemplar las numerosas placas en honor a aquellos que perdieron la vida en esta famosa cumbre de la montaña palentina. Para descender optamos por la cara Norte con unos compañeros que nos encontramos en la cumbre, es de agradecer la amabilidad de toda la gente que se acerca al montañismo. Todo el mundo se saluda y se nota la solidaridad entre compañeros.
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Fotos de la subida